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sábado, 10 de octubre de 2009

La lista de pacientes del día




Cusioso elemento es la lista de pacientes de la jornada. Al fin y al cabo, no es más que un papel que te dice a quién has de visitar, y cuándo está prevista dicha visita dentro de tu horario.
Aún recuerdo la época, no tan lejana en el tiempo, algo más en la memoria, en que acudíamos nosotros mismos como pacientes, y encontrábamos una hoja con un listado de personas, que se dejaba colgada en la puerta de la consulta, y que servía para organizar a los casi siempre más de 50 consultantes. Aún miro la cifra de 50, y me parece que me quedo corto. Sí, seguro. Me quedo realmente muy corto.
Pero como método arcaico, el utilizado en los tiempos de la Seguridad Social: Números tipo carnicería ("Su turno"). La persona llegaba, y se le daba un número. De antemano, pues, nunca se sabía cuántos pacientes vendrían y, por tanto, el médico asistente no podía entretenerse ni un minuto más de la cuenta en las visitas.
Hemos de convenir que los tiempos han cambiado para mejor.
Pero pocos elementos en la consulta pueden producir tantas sensaciones encontradas: Alegría porque ese día visitas un número de pacientes razonable (nunca menos de 30, evidentemente); desesperación porque vuelves a tener al señor Wagner, a quien viste ayer, y antes de ayer, y el lunes, y el pasado viernes... Puede ser que en tu cara se pinte una sonrisa, porque, si se presenta, verás a aquella persona que despierta en ti ternura; y aquella a quien no sabes bien cómo tratar, dado que ya se han producido demasiados malentendidos entre vosotros, y sabes que has de ir con pies de plomo... En fin, que has de desplegar tus múltiples conocidas caras. Un desgaste enorme, sin duda.
También puede suceder que comiences con 15 pacientes, te quedes alucinado, te dé lo que vulgarmente se conoce como un "subidón"... Pero el paso de las horas suele poner las cosas en su sitio: Van apuntándose nuevos pacientes hasta llegar al número habitual de visitas (insisto, nunca menos de 30).
Llegados a este punto tiene sentido definir un nuevo concepto, del que hablaremos en otra ocasión. Se trata de lo que en estadística se denomina paciente hiperfrecuentador. Sería, en nuestra consulta en concreto, el señor Wagner. Todos los que nos dedicamos a esto conocemos a nuestro propio señor Wagner. Bueno, nosotros, y los que nos rodean, de tanto que hemos hablado de nuestro propio señor Wagner. Así es como acaban definiéndose aquellos pacientes, en todos los centros los hay, que tienen nombre y dos apellidos, y que todos y cada uno de los trabajadores del área básica, recitamos de forma repetida.
En fin, que el método organizativo ha mejorado; pero poco han cambiado ciertos elementos distintivos de la Atención Primaria.

1 comentario:

  1. Ya se que son muchos pacientes. Yo antes tenia al doctor Morato, y se sabia mi nombre me conocia sabia que apresar de mi fibromialgia aguantaba mucho el dolor. Era un buen doctor y buena persona. Ahora tengo a F
    Ferrer y ni te mira a la cara me prejuzga sin conocerme y estoy segura que no creo en la fibromialgia. Una pena perder buenas médicos.

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