La historia que os voy a explicar me la contaron hace unos días, en un curso sobre medicamentos y gente mayor. Me pareció una historia bonita, llena de significado, que hace meditar sobre nuestra forma de actuar, tanto en nuestra profesión, como en nuestra vida.
Insisto que no es una historia nacida de mi imaginación. A mi me la explicó un compañero, a quien, como él mismo admitió, se la relató otro compañero. Por lo tanto, saber si es cierta o no se convierte, únicamente, en una cuestión de fe.
Parece ser que hace unos años, una mujer mayor, y muy creyente, se acercó a su confesor, buscando consejo:
- Padre- le dijo- Usted sabe que somos muy pobres, y que vivimos en una pequeña casa. Tengo 7 hijos. Además, en casa, también viven mi hermano y sus hijos. Podemos apenas comer con lo que nos da el campo, las gallinas y el rebaño de cabras. Pero, por encima de todo, no tenemos espacio en una casa tan pequeña para tantas personas. ¿Qué puedo hacer?
- Mete las cabras en casa- Le contestó el párroco.
La mujer le miró estrañada, pero hizo caso de sus indicaciones, toda vez que siempre que el cura le había dado un consejo, éste se había mostrado tremendamente eficaz.
Sin embargo, unos días después, la mujer volvió a la iglesia, a buscar a su confesor. Cuando lo encontró, le dijo:
- Padre, no aguantamos más. Las cabras se comen lo poco que tenemos, ensucian la casa... ¡Nos volveremos locos! ¿Qué puedo hacer?
- Saca las cabras fuera de la casa- Contestó entonces el cura.
Pasado un mes, la anciana mujer volvió a la iglesia, buscó al cura, y, con una enorme sonrisa, le dijo:
- Gracias, padre. Ahora estamos muy bien, contentos y tranquilos en casa.
esa técnica me suena mucho! es lo que suelen hacer ciertos directivos ante las quejas de sus subordinados...jeje. Claro que es cierto, de hecho no me extrañaría que la usaran como tema 1 en los cursos de RRHH
ResponderEliminarMe gustó esta historia de la anciana y las cabras, nos sucede, que no valoramos el espacio ni el entorno que tenemos, es necesario sufrir para poder asi entenderlo, la sabiduria fue la formula magica de este conflicto, quien se maneja con ella siempre tendrá la solución a su alcance.
ResponderEliminarEste relato lo aplicaré en mis conversatorios de sensibilización . Gracia, Muy buenos reportajes, ¡Exitos..!