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jueves, 25 de marzo de 2010

¿Se puede ver con la lengua?

Nuestra historia de hoy tiene como protagonista a Craig Lundberg, soldado británico que, en 2007 sobrevivió a una granada en Basora (Irak), pero perdió el ojo izquierdo, y recibió heridas irreparables en el derecho.

Recientemente, el Ministerio de Defensa de su país ha decidido incluirlo en un proyecto para desarrollar un armatoste, el BrainPort, cuya intención es la de recuperar la visión. De esto se hizo eco el diario El Mundo, en su apartado de Salud (enlace: www.elmundo.es/elmundosalud/2010/03/16/tecnologiamedica/1268746688.html).

Bueno, en realidad, la frase “recuperar la visión” tiene trampa. No es realmente que recupere la visión, sino que el citado instrumento le permite procesar señales visuales, y convertirlas en eléctricas. Estas señales, dado que sus terminaciones nerviosas oculares han perdido su funcionalidad, son enviadas a otro lugar, con diferentes terminales sensitivas (la lengua en este caso), que sí reciben los estímulos y sí son capaces de procesarlos, enviarlos al cerebro, a su correspondiente área sensitiva, y traducirlos como algo comprensible para Craig.

¿Se ha entendido el proceso? ¿No? Intentaremos explicarlo más lentamente.

En toda percepción recibida por los sentidos, existe un receptor, que es donde llega el estímulo. En el caso de una persona con la visión íntegra, este receptor serían las neuronas que forman la retina (conos y bastones, entre otras). Este receptor transforma el estímulo lumínico (lo que vemos, los colores, las luces) en un estímulo de carácter eléctrico, que pueda ser enviado, por los correspondientes circuitos neuronales, hacia el área cerebral correspondiente (en el caso de la visión, el córtex cerebral occipital). Allí, se les atribuye un significado: Son procesados.

Ver circuito neuronal visual en el siguiente enlace: http://www.nmr.mgh.harvard.edu/~rhoge/HST583/doc/VisualCortex.jpg

Pero, en nuestro caso, no disponemos de los receptores para el estímulo visual (Craig no tiene neuronas retinianas funcionales); por tanto, no es capaz de convertir el estímulo lumínico en un estímulo eléctrico. Esto es lo que realiza el BrainPort: Unas gafas de sol con una cámara instalada.

De acuerdo: El estímulo ya ha sido convertido en electricidad. Pero, como todos sabemos, no podemos conectar cables eléctricos con los circuitos neuronales que llevan el estímulo visual hacia la corteza occipital. ¿Cómo podemos, pues, aprovechar estos estímulos? Pues estimulando otros receptores diferentes (en nuestro caso, como decía, linguales), y enseñando a la persona que, un determinado hormigueo (eso es lo que siente en la lengua), corresponde con un grado concreto de luz, de color, de profundidad. Evidentemente, esta estimulación no llega a la corteza occipital, sino al denominado córtex sensitivo (en el siguiente esquema, la denominada área somatostésica primaria http://www.anatomiahumana.ucv.cl/estructura/fotos/cortex2.JPG) En el esquema podemos ver que se encuentra verdaderamente alejada de la zona visual (en el lóbulo occipital).

No es perfecto, sin duda; pero es un avance importante en el terreno de la Biónica.

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