Home (Página inicial) Síguenos en Twitter: Comenta, opina, pregunta... Búscanos en: @DrFranciscoMari

sábado, 31 de julio de 2010

Una intervención de ciencia ficción

El pasado 20 de marzo se realizó una intervención quirúrgica casi de ciencia ficción. La llevó a cabo un equipo multidisciplinar del Hospital de la Vall d’Hebron de Barcelona. La intervención en cuestión fue una reconstrucción facial completa (con vasos arteriales y venosos, huesos y músculos, además del necesario recubrimiento cutáneo). El receptor fue un joven, Óscar, que había vivido los últimos cinco años con una severa deformidad facial debido a un traumatismo. Seguro que lo conocen por las fotos e imágenes que se han publicado en todos los medios de comunicación.
Hace apenas una semana salió Óscar, acompañado de algunos de los integrantes del equipo médico, para agradecerles el trabajo realizado. Dijo sentirse muy contento y muy cómodo. Pero, por encima de todo, Óscar aseguró haberse reconocido en su nueva cara. Y ahí es donde radica la principal virtud de la labor médica en este caso.
Porque, imagínense en la situación de Óscar (Dios no lo quiera). Y un médico les propone reconstruirles la cara. ¿Qué harían ustedes?
Óscar aceptó. No ha explicado los motivos; muy probablemente quisiera verse mejor, poder mover la boca, la musculatura de la cara, sonreir… En definitiva, volver a ser normal, a no llamar la atención.
Pero Óscar se arriesgaba: Era la primera vez que se practicaba una intervención de esta índole, y, por tanto, se desconocía el resultado definitivo. ¿Y si Óscar dejaba de parecerse a él mismo, y salía de quirófano con unos rasgos faciales muy diferentes?
Aún recuerdo una película de Alejandro Amenábar, la segunda de su variada filmografía, aquélla a la que llamó “Abre los ojos”, en que el personaje protagonista (interpretado por un joven Eduardo Noriega) debía colocarse una máscara para no padecer el escarnio de la gente que lo veía pasar por la calle. El propio director (Amenábar), en un comentado cameo a lo Hitchcock, era el encargado de “meterse con su cara”. Y el protagonista se pasaba gran parte de la película deseando volver a ser él, a recuperar su cara, a ser feliz.
Afortunadamente, Óscar ha reconocido como propio el reflejo que le devuelve el espejo de su baño.

Pueden encontrar la noticia, tal y como la publicó un diario de ámbito nacional, en el siguiente enlace: http://www.abc.es/20100726/sociedad/trasplante-cara-201007261218.html
Y ustedes, ¿qué opinan? ¿Se someterían a una cirugía de este tipo si las circunstancias fuesen las de Óscar?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Etiquetas